miércoles, septiembre 22, 2010

Tremebundos e inhumanos trámites para poder salir de Cuba le son impuestos a los Profesionales de la Salud.

Dificultades que enfrenta un profesional de la salud al solicitar la liberación del Ministerio de Salud Pública para viajar al extranjero.
Por: Maribi Monroy.
¿Acaso el objetivo es hipotecar el futuro?
Hace algunos años en una parada de ómnibus, escuché a una señora que intentaba convencer a su hija de preuniversitario para que no estudiara Medicina. Alegaba que el médico es uno de los profesionales más maltratados en Cuba y que sobre todo le cerrarían muchísimas puertas solo por estudiar esa profesión. En aquel momento no lo entendí y mire con desprecio a aquella mujer que intentaba troncharle los sueños a su hija. Hoy la entiendo.
¿Quién en Cuba no ha tenido un familiar, amigo, vecino o conocido, trabajador de Salud Pública en trámites migratorios?
Al presentar su solicitud para el permiso de salida en emigración, el oficial que le atiende le informará que: profesional o técnico de la salud, no importa si hace 20 años esta desvinculado o si tiene la baja del sistema, firmada por el ministro; estudiante de los cursos incluidos en la Batalla de ideas, vinculados con la salud; trabajador del sector o simplemente sea un profesional que trabajó en Salud Publica, necesita una carta de liberación. Debe ir a ver al Dr. Lucio en la Dirección Provincial de Salud. Este famosísimo Dr. solo atiende miércoles y viernes de 9 am a 5 pm y que debe llegar muy temprano pues las colas eran enormes. Ahí empieza una historia tan tenebrosa que Lovecraft hubiera sentido envidia.
El primer día va despreocupado a las 6 de la mañana. Se enterará de ahora las colas son más cortas, solo tienen que venir aquí los desvinculados laboralmente, porque los que trabajan van al municipio. Aún así, vaya temprano y preparado para oír cuentos de horror y misterio. Allí escuchará historias todas diferentes, coincidentes en lo desgarradoras que son y en la impotencia y conformidad de los que la sufren. Pudiera poner algunos ejemplos:
-la abuela cuyo nieto va a cumplir un año y ella aún está esperando la liberación para estar en el parto de su hija;
-la esposa del médico desertor con sus hijos del otro lado que esperó los 5 años de castigo y hace 5 meses espera que se analice su caso;
-la solterona de 53 años que encontró el Amor en un ciudadano de Suecia y después de un año de espera no sabe cómo explicarle a su amante que ella aún no ha sido liberada;
-la muchacha que hace años estuvo 2 semanas en un curso de asistente de laboratorio;
-el médico que a principios del periodo Especial decidió dedicarse a la agricultura y después de más de 20 años en el campo, le exigen incorporarse para poder viajar a ver a su madre;
-la hija con los senos extirpados después de ser diagnosticada con cáncer de mamas y hace 3 años espera para poder ir a ver a su padre enfermo.
La lista puede ser interminable y muchos casos, sino fuera por lo trágico serian cómicos. Personas con su vida en pausa con una inconcebible concepción del tiempo, para quien6 meses no son nada, solo porque hay otros que esperan años.
Detrás de esto hay en Cuba alrededor de dos docenas de burócratas. Unos esperando a que tu desesperación te lleve a decir un número lo suficientemente grande como para calmar su conciencia y otros disfrutando la embriagable sensación de ser DIOS al tener tus esperanzas y tu vida en sus manos. Todos amparados tras directivas y disposiciones administrativas sin carácter legal y totalmente anticonstitucionales.
El martes 13 de abril (2010) entró en vigor una disposición del Ministro, donde se obliga a técnicos y profesionales de la Salud a estar vinculados laboralmente para poder realizar trámites de viaje. ¿A quién se le ocurrió? ¿Quién les dio el derecho a ponerles nuestras vidas en las manos a médicos y enfermeras cuyo corazón no está en su trabajo y que lo menos que les interesa es salvarnos?
Cuando se pregunta sobre el porqué de este terrible maltrato, plantean que demasiados médicos quieren emigrar y se intenta evitar el robo de cerebros. Primeramente deben preguntarse por que quieren emigrar y evaluar el porciento de médicos que desertan en las misiones en el exterior. Y en cuanto a lo segundo ya esos cerebros no son nuestros, ya los perdimos, nada ganamos con retener sus cuerpos.
Como los que como el Dr. Lucio, atienden estos asuntos pueden dormir después de oír tantas historias tan desgarradoras. ¿Han imaginado que algún día pueden estar ellos en el lugar de esos a los que hoy torturan? Seguro que NO.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy acertado lo que leí en este post, esa es la realidad. No entiendo por qué un sistema de gobierno que pretende dar felicidad a su pùeblo le corta las alas y las esperanzas... El ser humano es libre por naturaleza, nadie será feliz si no lo dejan expresarse, ni viajar, ni decidir lo que quiere hacer con SU vida. Ojalá más pronto que tarde puedan salir y entrar a SU tierra cuando lo deseen, sin trabas ni largas esperas.

Anónimo dijo...

Si díficil la tienen los médicos para salir, aún peor la tienen para regresar a visitar a sus familiares,incluso en situaciones críticas de enfermedad o fallecimiento.Aunque no está disponible en ningún lugar existe una ley que condena de por vida al destierro aquellos que abandonan el país ilegalmente(la mayoría porque es casi imposible por los canales oficiales).esta es una de las muchas violaciones de los derechos humanos que sufrimos los cubanos y que solo cambiaran cuando se extinga la dictadura.